viernes, 10 de julio de 2009

Mis Prosas: "Lengua Invasora"


Lengua Invasora
Morocha, extremadamente sensual; sentada en la cama deshecha sugería una silueta de brillante hielo ardiente delineada a la perfección. Piel tan diáfana como candente, netamente limpia que reclamaba deleite más allá de lo estrictamente erótico.
Alguien entró a la habitación y la admiró multiplicando sus bondades, se embelesó observándola inmóvil al borde del lecho; corpiño de seda, tanga a juego. La luz de la mesita estaba encendida, apenas tenue disimulaba el cigarrillo junto a la copa de vino tinto barato.
Se acercó por detrás arrugando aún más las sábanas y la besó en el cuello; dejó la lengua retozar con suavidad y energía por los hombros y mitad de la espalda; apartó y enredó las crines que desdibujaban su dorso para sentir el grado de timidez con que se erizaban sus minúsculos vellos.
La cabellera ondulada de la hembra venerada, acompañó los apetitos del resto del cuerpo y se echó en la cama teniendo especial cuidado en ponerse bajo la cabeza la cuenta de tres almohadas.La lengua invasora esperó confusa al perder contacto, se retrajo y ordenó a las manos que resuelvan caricias promotoras de apertura de piernas. No hizo falta tanto preámbulo ya que la diva morena se deshizo del par de prendas que retenían centros de parajes voluptuosos.Lo hizo con rapidez y sin florituras románticas, encadenando movimientos para agarrar la nuca del artífice de humedades y estampar su cara en medio de la entrepierna usando a capricho la testa incitada que casi sin robar aire empezó a lamerlo todo. Mojada y viciosa.
En medio de derroche de salivas, goteado de glándulas genitales y fugaces pausas para quitar vellos rizados y rebeldes que retenía la bóveda bucal de la criatura de lengua pródiga; la morocha reacomodó las almohadas para poder ver mejor gloriosa succión; era lo que le faltaba para que su epicentro lujurioso promueva monumental erupción. La lengua seguía afanosa su tarea de raleo consentido, la afortunada recién descargada inició preludio de nueva eyaculación acompañando pellizcos de gratificante dolor a las dos aureolas que coronaban sus firmes y apetitosos pechos; rosas, desafiantemente derechos.
La lengua usurpadora interrumpió lametazos y penetración para convidar sabores a la dueña del primer orgasmo en medio de espasmos y estertores que reclamaban continuidad.El teléfono no pudo sonar en peor momento. Lo tomo, habló y colgó mientras la lengua extranjera aguardaba aún con jugos para compartir. Ansiosa.
-Es mi novio. Dice que está camino a casa; la reunión acabó antes de lo previsto y viene con intención de llevarme al cine. Tenes que marcharte… Voy a ducharme.…
nos vemos mañana a la misma hora…
*FuLaNo*

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